Como homenaje al primer
centenario del natalicio del Libertador en 1883, se levantó en Ciudad Bolívar
un Teatro con su nombre el cual estuvo activo durante cuatro decenios sirviendo
de escenario a compañías de zarzuelas e importantes trouppe de otras ciudades
del mundo.
Pero
las representaciones teatrales no comenzaron en la Provincia de Guayana con
el Teatro Bolívar. Hay testimonios de que en días muy especiales se hacía lo
que llamamos hoy “teatro de calle”. El
“Correo del Orinoco”, por ejemplo, da cuenta en su edición 110 que el décimo
aniversario (1821) de la
Declaración de la Independencia se celebró en Angostura con actos
religiosos en la Catedral
y por la noche cena bailable en la casa del Vicepresidente de Venezuela. Tres
días luego el señor James. Hamilton dio en su casa un convite. Las fiestas se
prolongaron al pueblo de Soledad “cuyo comandante político y militar,
teniente coronel Francisco Javier Suárez de Añez, dispuso algunas diversiones por
tres días consecutivos, con juegos de toros, máscaras y representaciones
teatrales...”.
Naturalmente
que con el Teatro Bolívar comenzó en Guayana, específicamente en Ciudad Bolívar, la actividad teatral en
forma, al igual que ocurrió en Caracas con el Teatro Municipal o Teatro Guzmán Blanco, construido en 1876 sobre la
demolición del Templo San Pablo.
Después
de siete años de haberse construido el Teatro de Caracas, se construyó el de
Ciudad Bolívar, gracias a las contribuciones y esfuerzos mancomunados de la
población. Esto sucedió en el último años del quinquenio de Guzmán Blanco y
siendo Presidente del Estado, el General Ramón A. Mayol, bajo cuyo mandato se
construyó también el acueducto de la capital bolivarense.
El
Teatro Bolívar comenzó a construirse muy lentamente por iniciativa del
Presidente del Estado Soberano de Guayana, Juan Bautista Dalla Costa hijo, quien el 6 de noviembre de 1869 convocó
a la Casa de
Gobierno a un grupo de personalidades de la ciudad que comprometió inicialmente
en el proyecto.
Ellos
fueron Enrique Krohn, Cristiano Vicentini, Narciso Villanueva, Ernesto Hahm,
Henrique Kraft, José Lezama, Ángel Santos Palazzi e Hilario Gambús, quienes se
comprometieron formalmente arbitrar los fondos necesarios para llevar a cabo la
construcción del Teatro.
Dalla
Costa, además de dicha Junta presidida por él para hacer realidad el Teatro o
Coliseo como se le llamaba también, designó otras para el empedrado de las
calles y construcción del Hospital La
Cruz transformado finalmente en El Capitolio o cuartel de la Plaza Miranda.
El
Teatro Bolívar, construido en la parte más alta del cerro El Vigía, fue inaugurado el 5 de marzo de 1883 y le tocó
al doctor Ramón Isidro Montes pronunciar el discurso alusivo. Entonces, entre
otras cosas dijo: “Señores, el edificio que inauguramos no es sino el templo de la
música. Así como es necesario erigir altares para rendir en ellos el culto al
dios verdadero, tal como se impone a la razón humana por medio de la
revelación, así también es necesario erigir templos para rendir culto a ese
mismo dios en una de sus manifestaciones que es bien de lo bello. No sólo de
pan vive el pobre. El sentimiento de lo bello es un verdadero pasto espiritual,
es pan del alma”.
La construcción
del Teatro Bolívar en la cual se empeñó el químico José Félix Armas, fue
realmente lenta y posible gracias a los esfuerzos persistentes de una Junta que
él presidía. Se estrenó con una velada
artístico-literaria que luego se hizo frecuente a beneficio de otras sociales.
Las trouppe que llegaban del exterior a presentarse en el Teatro Municipal de
Caracas solían pasar por Ciudad Bolívar.
Teatro Bolívar reconstruido por el Presidente del Estado, Marcelino Torres García 1915-1921
En Palacio Legislativo devino el antiguo
Teatro Bolívar inaugurado en 1883 en la parte más elevada del casco urbano. El actual edificio data de 1943, diseñado y
construido para una Biblioteca Auditorio inaugurada por el Gobernador Mario
Briceño Iragorri el 5 de mayo de ese año, sobre el mismo terreno que ocupó el
Teatro Bolívar demolido en 1936. La Biblioteca auditorio ostentó dos nombres:
el de J. M. Agosto Méndez y el de Simón Rodríguez. Sus funciones como tal
concluyeron en los años sesenta cuando fue transformado en sede del Poder
Legislativo que venía funcionando, primero en la planta baja de la antigua Casa
de la Real Hacienda y después en la Casa del Congreso de Angostura.
El Teatro que nunca pudo concluir el Gobernador Alberto Palazzi
Aunque el teatro hace tiempo que se salió de
sus tradicionales confines y ahora las
obras pueden escenificarse en calle abierta
o en cualquier lugar donde la comunicación entre
el actor y el espectador sea lo más horizontal posible, Ciudad Bolívar sigue añorando su Teatro Bolívar
que perdió un día de los años 20.
El Teatro Bolívar,
resquebrajado por la escasa consistencia del material con el cual fue construido,
tuvo que ser demolido, pero bajo la
promesa oficial de uno nuevo en el mismo
lugar que más tarde cubriría el Gobernador Mario Briceño Iragorri con el desaparecido Auditorio Simón Rodrí guez, transformado finalmente en Palacio
Legislativo.
Como se ve, la promesa de un
nuevo Teatro quedó en suspenso hasta que el Gobernador Alberto Palazzi decidió incluirlo en un complejo
cultural o Palacio de las Artes en el que invirtió 50 o 70-millones de bolívares,
pero que no pudo
concluir por haber sido reemplazado en 1982 por Alcides Sánchez Negrón.. Luego a este le siguieron
como gobernantes, Paúl Von Buren,
Edgar Vallée Vallée, Luis Felipe Goubat, Omar González Moreno, Andrés Velásquez, Jorge Carvajal, Rojas Suárez y Francisco
Rangel Gómez, ya por tres períodos. A ninguno de ellos les ha importado ni les
importa el Complejo Cultural cuyos bases y columnas asedian la desidia y la intemperie como bien se ve en la
gráfica.
En vez de concluirlo, el
Gobierno de Velásquez prefirió invertir 120 millones de bolívares para convertir el
antiguo Capitolio en un complejo cultural similar, no obstante todas las limitantes que en
su oportunidad fueron objeto de una agria y acalorada discusión.
El problema que vemos es que
con esos 120 millones de bolívares (de los de antes igual a unos 50 mil dólares) destinados
entre España y el Gobierno Regional para el' Capitolio, se hubiera terminado el Palacio de las Artes en el Paseo 5 de. Julio
que incluía un Teatro para 1.000 butacas. Escuelas de Artes Escénicas, Escuela de Artes Plásticas, Escuela de Música, Galería de Arte,
Cine Club, Cafetín y Sede de la Dirección de
Cultura. Sin embargo, privó otro
criterio administrativo que sin duda ha resultado altamente costoso, con el agravante de tener que ver cada
vez que se pasa por allí, una
obra moderna de alto contraste, aparatosa e inconclusa, anexa al Capitolio, que
altera el entorno o contexto urbano tradicional de la Plaza Miranda.
El Teatro inconcluso del arquitecto caraqueño Óscar Tenreiro, adosado al Capitolio
• El proyecto de un edificio para Teatro en
el Casco Histórico
de Ciudad Bolívar no es el primero que se le encomienda al arquitecto Oscar
Tenreiro. Hay otro del mismo corte en
Caracas que no ha podido realizar en siete años por ese egocentrismo de la
monumentalidad para trascender que domina a
ciertos profesionales.
El Centro Simón Bolívar encomendó al mencionado arquitecto un edificio para el Teatro del Oeste,
creemos que en 1986 y a esta altura
el Teatro está allí, a media asta, como
está el Centro de las Artes de Ciudad Bolívar, Qué ha pasado? Simplemente que la otra es muy monumental, tan monumental que
rebasa la capacidad presupuestaria del Centro, por lo que en tres ocasiones ha
habido que reformular el proyecto.
El proyecto de Teatro de Tenreiro es muy
exigente y de una complejidad que implia
recursos económicos que el Centro Simón Bolívar no tiene. Además no está
enfocado sobre los nuevos rumbos del teatro
contemporáneo que es de calle.
El último Festival Internacional de Teatro que
tuvo a Venezuela como escenario,
destacó mucho el teatro francés escenificado
en la calle. La nueva Escuela del teatro está asumiendo
un perfil de Compañía capaz de hacer descollar sus obras en el escenario urbano o espacios abiertos en
un contacto más directo con el hombre. De allí que el nuevo teatro va en esa
dirección y ello debe tomarse en cuenta al
diseñar un teatro en estos tiempos que es lo que no se ve en el proyecto que el Gobierno Regional le ha encargado
a Tenreiro, ni tampoco tomó en cuenta su aparente fracaso en esta materia en
Caracas.
Evidentemente que en cierta forma el Teatro del Oeste que Tenreiro no ha podido en siete años culminar
en Caracas, quiere reponerlo en el escenario del Casco Histórico de
Ciudad Bolívar. El mismo concepto ensayado en otro escenario. De manera que
para ese segundo proyecto no debió trabajar
mucho porque ya todo lo tenía descifrado; sin embargo, Cuánto nos ha costado? Cuántos millones le cuesta al Fisco, a los bolivarenses ese
proyecto en un sitio que no es el
apropiado? Hay derecho que estemos enfrascado
en una situación tan bochornosa donde el Gobierno echa mano de todos los recursos para complacer a unos arquitectos de la burguesía caraqueña?
Por qué como exige la Junta Nacional
del Patrimonio Histórico no
construyen el Teatro en otro sitio si es que de veras el Gobierno cree
justo disponer varios millones de nuestro
presupuesto para construir un Teatro de siete pisos?
(Escrito por Américo Fernández el 25 /08/92 como editorial de El Expreso)