Reproducción del libro de Américo Fernández editado en 1997 o Tesis con la cual se graduó de Licenciado en Comunicación Social, Escuela respectiva de la Facultad de Humanidades de la Universidad Central de Venezuela
jueves, 9 de octubre de 2014
jueves, 2 de octubre de 2014
Antiguo Mercado Municipal
Este fue el primer Mercado Público que tuvo Angostura, hoy ciudad Bolívar.
EL
ANTIGUO MERCADO MUNICIPAL DE LA
CIUDAD
La ciudad, desde la Colonia hasta los tiempos
de Sánchez Lanz, vale decir, de Pérez Jiménez, contó con un pintoresco y típico
mercado prácticamente a la orilla del río, justo en el punto donde Moreno de
Mendoza hizo construir el Fuerte San
Gabriel
La
primera referencia histórica que se tiene del Mercado Público de Ciudad
Bolívar, aparece en “Anales de Guayana” de Bartolomé Tavera Acosta (Pág. 398).
Dice que en 1823, Juan Bautista Dalla-Costa (comerciante veronés radicado en
Angostura en 1814), siendo miembro de la Municipalidad se
destacó como un notable administrador al que siguió más tarde su hijo homólogo
Juan Bautista Dalla Costa Soublette.
“En las veces
que fue miembro de aquella Corporación, mientras que algunos de sus colegas se
ocupan en asuntos baladíes, como los relacionados con la señas o monedas
partidas en cuatro, funciones religiosas o discutir cuál puesto de preferencia
vanidosa y mundana correspondía a los munícipes
en la Iglesia ,
el viejo Dalla Costa atendía preferentemente el empedrado de las calles, el
aseo y ornato de la población, a la arquitectura civil, al censo de la ciudad, a la fundación de
escuelas, al alumbrado público, a dar franquicias al comercio, a fundar un
Mercado Público, el mismo que es propiedad hoy del Municipio” (Esto lo escribió
Tavera en 1913).
Este Mercado
Público es el mismo al cual se refiere en 1859 en su “Exploración Oficial”
(Pág. 210), Francisco Michelena y Rojas: cuando escribe sobre la Alameda (actual Paseo
Orinoco) donde los comerciantes hacían sus transacciones bajo las copas de los
robustos árboles. Escribe de que hay “en ella un lugar muy interesante en todo
país civilizado, el de abasto para la ciudad. Este edificio, el cuarto de su género en toda la República , armoniza bien
con el grado de civilización y progreso de esta ciudad. Entre la Alameda y el río, sobre un
terreno rocalloso que se avanza a aquel en forma de cabo, y por supuesto,
abordable por todas partes por las embarcaciones menores cargadas de provisiones,
se encuentra situado el mercado formando un semicírculo, cuya base frente al
Paseo esta adornada con una gran baranda o verja de hierro. A este mercado,
pues, llegan víveres de toda naturaleza y en abundancia, no sólo de Cumaná y
Barcelona, que están a la otra banda del río, sino del Meta viniendo de
Casanare, del Apure y de aun de provincias muy distantes. Tal es la admirable
hidrografía de Venezuela, por la cual aquella ciudad esta en contacto con casi
todas sus provincias”.
Este Mercado Municipal estuvo funcionando hasta 1956
que el Gobernador doctor Eudoro Sánchez Lanz (1953-1958) resolvió demolerlo
para sustituirlo por el Mercado Periférico No. 1, construido en el Paseo Moreno
de Mendoza, zona del antiguo Banco Obrero, y el Mercado Periférico No. 2
construido más tarde, y el cual funcionaba los fines de semana como Mercado
Libre en la Avenida
5 de julio.
Hasta la fecha de su demolición, se podía apreciar el
frente del antiguo Mercado Principal contra la calle que bordeaba el Orinoco
terminando esta calle en el Puerto de
Blohm donde había un dispositivo tipo
orquilla, para retomar la vía (Paseo Orinoco) paralela a los frontales de las
edificaciones porticadas de estilo antillano.. En la curvatura de la orquilla
estaba situada la Bomba
de Gasolina Kosaco. Por el lado oeste
del Mercado estaba la calle de servicio
que circunvalaba al Mercado teniendo por el norte las instalaciones del
acueducto y embarcadero o lugar donde atracaban curiaras y falcas cargadas con
los productos de las islas del Orinoco.
En su continuación girando hacia el Sur colindaba con las instalaciones
del Comedor Manuel Piar el cual era continuo hacia el Este por las Oficinas del
Resguardo Marítimo-Fluvial. Frente al popular comedor había un frondoso Samán
de acogedora sombra. Y más al Sur la
plazoleta donde funcionaba una línea de taxi que administraba el popular Paco.
En esos mismos predios estuvo la Plaza Monseñor Talavera y en el
centro en columna bastante elevada, el busto del prócer Tomás de Heres,
reubicado en los años cuarenta frente a la Casa
San Isidro y finalmente frente al Fuerte Cayaurima.-
Los expendedores mayoristas de víveres de este antiguo
Mercado eran: Alberto Francio, ayudado por su primo Narciso Franco, siempre
jovial, bonachón y José Padrón en local
contiguo, siempre diligente y servicial.
Por los portales del Oeste: los detallistas de víveres: Jesús María
Delgado, Luís Besón. Los verduleros
ubicados en el área central expendían los frutos campesinos: Pedro Atay con su
portal repleto de racimos de cambures colgantes; la Señora Juanita “La Margariteña ”. En el lado derecho de la parte central, a
pocos metros de la entrada estaba situada la famosa Refresquería de don Tomas
Rivilla con sus recipientes de vidrio o botellones con varias bebidas
refrescantes como guanábana, jugo de naranja, carato de maíz, carato de
moriche, carato de mango, chicha y a su lado sin rivalizar con él, la
refresquería de Cabo de Alambre. En la
profundidad del gran salón del mercado pegando contra la pared norte estaban
situados los portales de carnicería cuyos expendedores eran José Manuel
Hernández, José Espalia.
En ese
mercado convergía la ciudad alimentaria,
la que iba de compra armada de costal y cesto, la que procuraba el fruto fresco
recién llegado en falcas y curiaras, la que iba a saborear los manjares de la
mesa criolla y a enterarse de lo humano y lo divino, de lo intrascendente hasta
lo descomunal.
Era un mercado profuso, heterogéneo y bullicioso, pero más
aún por los días decembrinos después que la parranda de Pura Vargas soltaba el
último y más profano de los aguinaldos.
Entonces, era la romería desde las gradas de la Catedral y la Plaza Bolívar
bajando por la
Constitución y la
Igualdad al encuentro del café con leche, de la empanada
caliente, del carato de moriche o la chicha acanelada del negro de las Lamus.
Al mediodía el mercado no era tan congestionado, pero había
un despacho donde la gente azarosa se apiñaba.
Se llamaba “El Trapecio”.
Trapecio el sitio y Trapecio la especialidad: un soberbio sancocho de
pescado de lo más creativo y singular.
Un hervido donde se juntaba toda la sustancia proteica y cerebral de la
ictiofauna orinoquense.
lunes, 29 de septiembre de 2014
El Teatro Bolívar
Como homenaje al primer
centenario del natalicio del Libertador en 1883, se levantó en Ciudad Bolívar
un Teatro con su nombre el cual estuvo activo durante cuatro decenios sirviendo
de escenario a compañías de zarzuelas e importantes trouppe de otras ciudades
del mundo.
Pero
las representaciones teatrales no comenzaron en la Provincia de Guayana con
el Teatro Bolívar. Hay testimonios de que en días muy especiales se hacía lo
que llamamos hoy “teatro de calle”. El
“Correo del Orinoco”, por ejemplo, da cuenta en su edición 110 que el décimo
aniversario (1821) de la
Declaración de la Independencia se celebró en Angostura con actos
religiosos en la Catedral
y por la noche cena bailable en la casa del Vicepresidente de Venezuela. Tres
días luego el señor James. Hamilton dio en su casa un convite. Las fiestas se
prolongaron al pueblo de Soledad “cuyo comandante político y militar,
teniente coronel Francisco Javier Suárez de Añez, dispuso algunas diversiones por
tres días consecutivos, con juegos de toros, máscaras y representaciones
teatrales...”.
Naturalmente
que con el Teatro Bolívar comenzó en Guayana, específicamente en Ciudad Bolívar, la actividad teatral en
forma, al igual que ocurrió en Caracas con el Teatro Municipal o Teatro Guzmán Blanco, construido en 1876 sobre la
demolición del Templo San Pablo.
Después
de siete años de haberse construido el Teatro de Caracas, se construyó el de
Ciudad Bolívar, gracias a las contribuciones y esfuerzos mancomunados de la
población. Esto sucedió en el último años del quinquenio de Guzmán Blanco y
siendo Presidente del Estado, el General Ramón A. Mayol, bajo cuyo mandato se
construyó también el acueducto de la capital bolivarense.
El
Teatro Bolívar comenzó a construirse muy lentamente por iniciativa del
Presidente del Estado Soberano de Guayana, Juan Bautista Dalla Costa hijo, quien el 6 de noviembre de 1869 convocó
a la Casa de
Gobierno a un grupo de personalidades de la ciudad que comprometió inicialmente
en el proyecto.
Ellos
fueron Enrique Krohn, Cristiano Vicentini, Narciso Villanueva, Ernesto Hahm,
Henrique Kraft, José Lezama, Ángel Santos Palazzi e Hilario Gambús, quienes se
comprometieron formalmente arbitrar los fondos necesarios para llevar a cabo la
construcción del Teatro.
Dalla
Costa, además de dicha Junta presidida por él para hacer realidad el Teatro o
Coliseo como se le llamaba también, designó otras para el empedrado de las
calles y construcción del Hospital La
Cruz transformado finalmente en El Capitolio o cuartel de la Plaza Miranda.
El
Teatro Bolívar, construido en la parte más alta del cerro El Vigía, fue inaugurado el 5 de marzo de 1883 y le tocó
al doctor Ramón Isidro Montes pronunciar el discurso alusivo. Entonces, entre
otras cosas dijo: “Señores, el edificio que inauguramos no es sino el templo de la
música. Así como es necesario erigir altares para rendir en ellos el culto al
dios verdadero, tal como se impone a la razón humana por medio de la
revelación, así también es necesario erigir templos para rendir culto a ese
mismo dios en una de sus manifestaciones que es bien de lo bello. No sólo de
pan vive el pobre. El sentimiento de lo bello es un verdadero pasto espiritual,
es pan del alma”.
La construcción
del Teatro Bolívar en la cual se empeñó el químico José Félix Armas, fue
realmente lenta y posible gracias a los esfuerzos persistentes de una Junta que
él presidía. Se estrenó con una velada
artístico-literaria que luego se hizo frecuente a beneficio de otras sociales.
Las trouppe que llegaban del exterior a presentarse en el Teatro Municipal de
Caracas solían pasar por Ciudad Bolívar.
Teatro Bolívar reconstruido por el Presidente del Estado, Marcelino Torres García 1915-1921
En Palacio Legislativo devino el antiguo
Teatro Bolívar inaugurado en 1883 en la parte más elevada del casco urbano. El actual edificio data de 1943, diseñado y
construido para una Biblioteca Auditorio inaugurada por el Gobernador Mario
Briceño Iragorri el 5 de mayo de ese año, sobre el mismo terreno que ocupó el
Teatro Bolívar demolido en 1936. La Biblioteca auditorio ostentó dos nombres:
el de J. M. Agosto Méndez y el de Simón Rodríguez. Sus funciones como tal
concluyeron en los años sesenta cuando fue transformado en sede del Poder
Legislativo que venía funcionando, primero en la planta baja de la antigua Casa
de la Real Hacienda y después en la Casa del Congreso de Angostura.
El Teatro que nunca pudo concluir el Gobernador Alberto Palazzi
Aunque el teatro hace tiempo que se salió de
sus tradicionales confines y ahora las
obras pueden escenificarse en calle abierta
o en cualquier lugar donde la comunicación entre
el actor y el espectador sea lo más horizontal posible, Ciudad Bolívar sigue añorando su Teatro Bolívar
que perdió un día de los años 20.
El Teatro Bolívar,
resquebrajado por la escasa consistencia del material con el cual fue construido,
tuvo que ser demolido, pero bajo la
promesa oficial de uno nuevo en el mismo
lugar que más tarde cubriría el Gobernador Mario Briceño Iragorri con el desaparecido Auditorio Simón Rodrí guez, transformado finalmente en Palacio
Legislativo.
Como se ve, la promesa de un
nuevo Teatro quedó en suspenso hasta que el Gobernador Alberto Palazzi decidió incluirlo en un complejo
cultural o Palacio de las Artes en el que invirtió 50 o 70-millones de bolívares,
pero que no pudo
concluir por haber sido reemplazado en 1982 por Alcides Sánchez Negrón.. Luego a este le siguieron
como gobernantes, Paúl Von Buren,
Edgar Vallée Vallée, Luis Felipe Goubat, Omar González Moreno, Andrés Velásquez, Jorge Carvajal, Rojas Suárez y Francisco
Rangel Gómez, ya por tres períodos. A ninguno de ellos les ha importado ni les
importa el Complejo Cultural cuyos bases y columnas asedian la desidia y la intemperie como bien se ve en la
gráfica.
En vez de concluirlo, el
Gobierno de Velásquez prefirió invertir 120 millones de bolívares para convertir el
antiguo Capitolio en un complejo cultural similar, no obstante todas las limitantes que en
su oportunidad fueron objeto de una agria y acalorada discusión.
El problema que vemos es que
con esos 120 millones de bolívares (de los de antes igual a unos 50 mil dólares) destinados
entre España y el Gobierno Regional para el' Capitolio, se hubiera terminado el Palacio de las Artes en el Paseo 5 de. Julio
que incluía un Teatro para 1.000 butacas. Escuelas de Artes Escénicas, Escuela de Artes Plásticas, Escuela de Música, Galería de Arte,
Cine Club, Cafetín y Sede de la Dirección de
Cultura. Sin embargo, privó otro
criterio administrativo que sin duda ha resultado altamente costoso, con el agravante de tener que ver cada
vez que se pasa por allí, una
obra moderna de alto contraste, aparatosa e inconclusa, anexa al Capitolio, que
altera el entorno o contexto urbano tradicional de la Plaza Miranda.
El Teatro inconcluso del arquitecto caraqueño Óscar Tenreiro, adosado al Capitolio
• El proyecto de un edificio para Teatro en
el Casco Histórico
de Ciudad Bolívar no es el primero que se le encomienda al arquitecto Oscar
Tenreiro. Hay otro del mismo corte en
Caracas que no ha podido realizar en siete años por ese egocentrismo de la
monumentalidad para trascender que domina a
ciertos profesionales.
El Centro Simón Bolívar encomendó al mencionado arquitecto un edificio para el Teatro del Oeste,
creemos que en 1986 y a esta altura
el Teatro está allí, a media asta, como
está el Centro de las Artes de Ciudad Bolívar, Qué ha pasado? Simplemente que la otra es muy monumental, tan monumental que
rebasa la capacidad presupuestaria del Centro, por lo que en tres ocasiones ha
habido que reformular el proyecto.
El proyecto de Teatro de Tenreiro es muy
exigente y de una complejidad que implia
recursos económicos que el Centro Simón Bolívar no tiene. Además no está
enfocado sobre los nuevos rumbos del teatro
contemporáneo que es de calle.
El último Festival Internacional de Teatro que
tuvo a Venezuela como escenario,
destacó mucho el teatro francés escenificado
en la calle. La nueva Escuela del teatro está asumiendo
un perfil de Compañía capaz de hacer descollar sus obras en el escenario urbano o espacios abiertos en
un contacto más directo con el hombre. De allí que el nuevo teatro va en esa
dirección y ello debe tomarse en cuenta al
diseñar un teatro en estos tiempos que es lo que no se ve en el proyecto que el Gobierno Regional le ha encargado
a Tenreiro, ni tampoco tomó en cuenta su aparente fracaso en esta materia en
Caracas.
Evidentemente que en cierta forma el Teatro del Oeste que Tenreiro no ha podido en siete años culminar
en Caracas, quiere reponerlo en el escenario del Casco Histórico de
Ciudad Bolívar. El mismo concepto ensayado en otro escenario. De manera que
para ese segundo proyecto no debió trabajar
mucho porque ya todo lo tenía descifrado; sin embargo, Cuánto nos ha costado? Cuántos millones le cuesta al Fisco, a los bolivarenses ese
proyecto en un sitio que no es el
apropiado? Hay derecho que estemos enfrascado
en una situación tan bochornosa donde el Gobierno echa mano de todos los recursos para complacer a unos arquitectos de la burguesía caraqueña?
Por qué como exige la Junta Nacional
del Patrimonio Histórico no
construyen el Teatro en otro sitio si es que de veras el Gobierno cree
justo disponer varios millones de nuestro
presupuesto para construir un Teatro de siete pisos?
(Escrito por Américo Fernández el 25 /08/92 como editorial de El Expreso)
La Ciudad Perdida
Era algo así
como la bíblica Sodoma y Gomorra donde no había más de diez mujeres decorosas,
mandado a destruir por el magistrado Medina Angarita para levantar sobre los
escombros dejados por las inundaciones del Orinoco un grupo escolar y de formación donde la moral
y las luces rescataron el rostro de la vergüenza.
domingo, 28 de septiembre de 2014
El Suspiro
Era la parte más
elevada del casco urbano, a la altura del antiguo Teatro Bolívar y la Plaza
Miranda, cuando el viandante tras dominar la cuesta, hacía una pausa breve y
luego aspiraba la humedad de la Caja de agua montada en el antiguo Polvorín
Santa Bárbara.
sábado, 27 de septiembre de 2014
El Quepis
El quepis era
una gorra cónica característica del batallón 21 de Diciembre que comandaba en
el cuartel El Capitolio el general Juan Fernández Amparam y que los vecinos del
barrio El Zanjón solían ver tiradas en un conjunto de viviendas donde la vida parecía ser fácil con sólo
abrir las piernas.
viernes, 26 de septiembre de 2014
El Puente Gómez
En septiembre de 1909, el Consejo Municipal, presidido
por el Dr. J. M. Agosto Méndez, autoriza a Guillermo Lange para construir un
puente de hierro que hasta 1915 los bolivarenses conocieron como puente Lange. Este fue sustituido en
1915 por el punte Gómez construido
por el gobierno del general Marcelino Torres Garcías (en la foto). En 1959 este puente
estaba en muy malas condiciones y fue reconstruido por el gobierno del Dr.
Diego Heredia Hernández.
El Retumbo
La zona donde
comenzaba antiguamente la calle Miscelánea, hoy calle Dalla Costa, fue llamada
por los parroquianos durante un tiempo “El Retumbo” porque allí fue donde al
parecer tuvo mayor impacto y consecuencia la onda de un sismo oriental que hundió 500 metros de playa del Orinoco y malogró la
mercancía descargada por los vapores El Meta y El Arauca.
jueves, 25 de septiembre de 2014
La Escalinata de la calle Carabobo
La Escalinata 1926
El
Presidente del Estado, General Francisco Linares Alcántara, llamado por Juan
Vicente Gómez para que asumiese el Ministerio de Relaciones Interiores, había
dejado encargado al primer vicepresidente, doctor Antonio María Delgado, quien
ratificó a J. Campbell Acosta como Secretario General de Gobierno. El 3 de
Febrero de 1909, le tocó a éste firmar la Resolución por medio de la cual
designó a Antonio Valera Villalobos “para ejecutar los trabajos de reparación de
la calles Carabobo en la cuadra
comprendida entre las calles Amor Patrio y Bolívar y construcción de una
escalinata de concreto que dé acceso a la expresada calle, por la calle
Bolívar”.
Sin
embargo, la ejecución de los trabajos de la Escalinata no fue fácil, ni posible
por lo accidentado del terreno y la indisponibilidad presupuestaria, sino en
1926. El 5 de Mayo se iniciaron los trabajos por decreto del entonces
Presidente del Estado Silverio González y la dirección de los trabajos fue
encomendada esta vez, al ingeniero Antonio Simonpietri, quien también construyó
la sección del Malecón que iba desde el Mercado (Mirador) hasta el antiguo
Puerto de Blohm.
El
sitio se llamó la Laja de los Vallés hasta 1881 debido a que la casa de azotea
que estaba al pie de ella había sido durante largos años propiedad de la
familia Vallés. En 1881 fue vendida a Eusebia
Sifontes y el nombre primitivo se sustituyó por el de Laja del
Campanario debido a que en la zona estaba una campana del Colegio Federal
traída de Guayana La Vieja y la cual se rompió a comienzos de siglo.
La
inauguración de la Escalinata del Campanario, por el propio Silverio González,
tuvo lugar el 19 de Diciembre de ese año 1926. En la ocasión el escritor Pedro
Calderón en un artículo dedicado a don Jorge Suegart encontró esta obra con
balaustrada de concreto armado, semejante a las que se construían en la antigua
Roma y Grecia.
La Escalinata reconstruida en 1986 a raiz de su mala intervención durante el gobierno de Luis Raúl Vásquez Zamora.
La Palomera
miércoles, 24 de septiembre de 2014
Perro Seco
Barrio Hueco Lindo
Bucólica rareza topográfica donde las bestias de carreras fueron reemplazadas por humanos moradores y la yerba rala dio paso a los árboles enhiestos.
Barrio La Lorena
Un corso de ojos glaucos y manos fuertes connotó con el gentilicio de su lugar de origen –Lorraine- esos predios que van a dar con la Laguna de Los Francos en forma de península y que él disfrutaba como casa de campo a comienzos del siglo veinte.
La Isla del Gato
La que es hoy
Calle Urica fue desde 1909 la Isla del Gato porque las desbordadas aguas del
Orinoco dejaron intacto el relieve donde sobrevivió un gato realengo al final rescatado como mascota por el marino
de la balandra Cristina de Andrés Juan Pietrantoni.
martes, 23 de septiembre de 2014
Barrio Las Moreas
El nombre de este barrio tiene su asidero en la Morea, árbol espinoso, corpulento y maderable que en buen número cubría la zona y que fueron talados para aprovechar su madera los aserraderos industriales.
Barrio San Rafael
Nació, creció y
pasmó siempre a la orilla del riachuelo de su mismo nombre, cercano al Puente
Lange, vecino del Puente Gómez. Río o
riachuelo que antes era cristalino y rumoroso y ahora del mismo color del
rancho.
lunes, 22 de septiembre de 2014
Barrio El Cambao
Vista Hermosa
El Ingeniero impresionado por la vista hermosa que ofrecía el paisaje donde se pensaba construir una cárcel modelo dijo al Gobernador que en vez de Cárcel el sitio se prestaba mejor para una gran urbanización. No hubo preferencias, ambas fueron levantadas con ese nombre.
Barrio El Temblador
La dinamita
utilizada en 1926 por el ingeniero Antonio Simónpietri para volar la roca que
hizo posible la Escalinata de la calle Carabobo le puso nombre al núcleo vecino de viviendas que nadie ha querido sustituir.
domingo, 21 de septiembre de 2014
Barrio Negro Primero
Porque Pedro Camejo era el ídolo sagrado de la negritud venezolana y ese enclave marginal de la ciudad estaba habitado por gente en su mayoría de color procedente de Maripa y Aripao, se tomó en cuenta la sugerencia edilicia y se quedaron con ese nombre.
El Cerro del Zamuro
Porque allí anidaba y comía lagartijas entre las piedras cuando escaseaba la carroña del Matadero de Perro Seco, los angostureños lo identificaban con el nombre del ave oscura y rapaz. Piar lo menciona el su diario de campaña cuando parte de sus tropas estratégicamente ocuparon sus faldas.
sábado, 20 de septiembre de 2014
Avenida Moreno de Mendoza
Donde termina la calle Carabobo (Plaza Centurión), en ángulo agudo comienzan la Avenida Moreno de Mendoza y el Paseo Meneses en líneas casi paralelas que se van ensanchando hasta concluir en la Avenida República. La primera en memoria del fundador de la ciudad y el segundo en memoria de Olegario Meneses, Director del Colegio Federal y uno de los hombres que hicieron por el progreso de las ciencias físicas y naturales de Venezuela. La Avenida Moreno de Mendoza se llamó primero “Paseo San Antonio” y era el lugar preferido por las carreras de cinta.
Cementerio El Cardonal
La ciudad
naciente enterraba sus muertos en un montículo cercado por enormes cactos que
el vulgo conocía como “Cardón España”.
En el sepultaron los restos de
los próceres patriotas Manuel Piar en 1817 y los de Manuel Palacio
Fajado en 1819. A partir de 1824 lo fueron
transformado en el cementerio
actual circundado por la calle de su
nombre, el Callejón Guayana y la hoy
Plaza Centurión erigida en los antiguos predios del Convento san Francisco.
viernes, 19 de septiembre de 2014
Barrio Perro Seco
Barrio Mango Asado
Ha tenido el barrio por un inevitable accidente que cargar ese nombre para muchos un tanto peyorativo, aunque la moderna gastronomía le ha ido bien con mango a la parrilla degustado con jugo de limón.
jueves, 11 de septiembre de 2014
Calles e inmuebles
Fotos cerca de Carioca, Bolivar CD. BOLIVAR. VENEZUELA. Vista parcial desde Soledad Anzoategui., Autor: Orlando Leiva
Fotos cerca de Carioca, Bolivar CD.BOLIVAR. VENEZUELA. Casco historico de la ciudad., Autor: Orlando Leiva
Fotos cerca de Carioca, Bolivar Venezuela. Ciudad Bolìvar. Casco històrico de la ciudad., Autor: Orlando Leiva
Fotos cerca de Carioca, Bolivar SOLEDAD. (Anzoategui). Vista parcial desde Cd. Bolívar., Autor: Orlando Leiva
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